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Las Grasas, ¿son tan malas como dicen?


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Por décadas nos han estado vendiendo la idea de que las grasas son un ‘NO, NO» en nuestra dieta y que si queremos mantenernos saludables hay que evitarlas a como dé lugar. Pero no tomamos en cuenta que el enemigo a vencer aquí no son las grasas en sí, sino el tipo y la cantidad de grasas que ingerimos, y que, finalmente, es lo que va a determinar que reacciones tenemos en nuestro organismo.

Como ya les había comentado en mi publicación La E en Aguacate, la cantidad de grasas que consumimos es tan importante como la calidad, no todas las grasas son creadas iguales y nuestro organismo reacciona de manera diferente con cada una de ellas

LAS  GRASAS Y NUESTRO CUERPO

Las grasas son esenciales para nosotros por muchas razones, por mencionar algunas:

  • Nuestro cerebro por sí solo es 60% grasa saturada. Si nuestro cuerpo no produjera colesterol y no lo consumiéramos de fuentes saludables, nuestro cerebro estaría, literalmente, escurriéndose a través de nuestros oídos en forma de agua gelatinosa, pero permanece en su lugar porque su consistencia es pura grasa saturada
  • Las membranas que rodean cada célula de nuestro cuerpo están cubiertas por grasas
  • Las grasas son fuente de depósitos de energía. Nos ayudan a mantenernos activos en vez de estar aletargados y con ganas de dormir. Seguramente han escuchado la frase de que: «Nosotros necesitamos grasa para perder grasa», y esto solamente sucede cuando consumimos grasas de buena calidad.
  • Transportan en nuestra sangre las vitaminas liposolubles como la vitamina A, E, D y K.  Sin la presencia de grasas no podríamos absorber este tipo de vitaminas
  • Las grasas de buena calidad nos ayudan a sentirnos llenos. Es lo que nos dá la señal para parar de comer; sí las grasas que consumimos son de mala calidad, no nos sentimos llenos, por consiguiente comemos más, y esta extra grasa, al no convertirse en depósito de energía, es convertida entonces en grasa corporal, y se deposita precisamente en esos lugares que menos queremos (estómago, cintura, caderas y nalgas), contribuyendo así al sobrepeso y obesidad.
  • Mantiene nuestra piel elástica, tersa y sin arrugas. ¡Comprobado!

Por eso para mí es tan absurdo escuchar como algunos doctores promueven tanto el que los niveles de colesterol deben estar bajos para evitar problemas cardiovasculares. No me malinterpreten, no quiero decir, y por supuesto no promuevo de ninguna manera, el que sí alguien de ustedes está tomando medicamentos para bajar el colesterol, dejen de hacerlo,  lo que sí quiero enfatizar es que nosotros mismos podemos ayudar a bajar nuestro colesterol, en caso de que sea necesario, de manera natural, cuidando la manera cómo nos alimentamos.

LOS 80’s Y LA MODA DE «SIN GRASA’  Y  «BAJO EN GRASA»

En los años 80’s y muy temprano en los 90’s estaba muy fuerte la moda de «sin grasa» y » bajo en grasa», en el entendido de que la grasa era el enemigo a vencer y así combatir la obesidad y el sobrepeso.

Sin embargo, lejos de lograr combatir la obesidad y el sobrepeso, hubo un explosión de gente con estos problemas, ¿por qué?, pues porque cuando nos enfocamos únicamente en comidas sin grasa o bajas en grasa, no ponemos atención al hecho de que las dietas bajas en grasa, y obviamente bajas en proteínas, hacen que las personas consuman más carbohidratos y, también, los alimentos en las dietas bajas en grasa tienden a tener más contenido en azúcar, y al aumentar las cantidades de azúcar en la dieta:

  • la fructuosa presente en el azúcar causa resistencia a la hormona leptina. La leptina es la hormona encargada de decirle a nuestro cerebro que nuestras células ya están llenas de grasa, lo que nos lleva al incremento de consumo de comida y al decremento de quemar grasas
  • se aumenta el riego de contraer enfermedades como la diabetes y síndrome metabólico, conocido también como síndrome de resistencia a la insulina o síndrome X. Al crear resistencia a la insulina, los niveles de insulina aumentan lo cual incrementa los depósitos de grasa en nuestras células
  • aumentan los niveles de colesterol por la inflamación creada por el consumo de azúcar ( el colesterol está tratando de reducir esta inflamación).

DIFERENTES TIPOS DE GRASA

Nosotros necesitamos consumir de todos los tipos de grasas porque cada una tiene su función específica en nuestro organismo, la palabra clave aquí es: MODERACIÓN

1. GRASAS MONO-INSATURADAS

Son grasas que están líquidas a temperatura ambiente pero que empiezan a solidificar a temperatura del refrigerador. Son más estables y más saludables que las grasas poli-instauradas y, al consumirlas, nuestro cuerpo las reconoce y sabe cómo procesarlas. Son ricas en aceites Omega-3 y pueden ayudar a reducir los niveles «malos» de colesterol. Ver Frutos Secos y sus beneficios

Algunos ejemplos de grasas mono-insaturadas son:

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  • Aguacate
  • Aceitunas
  • Almendras
  • Avellanas
  • Nueces
  • Pistachos
  • Macadamias
  • Semillas de ajonjolí
  • Aceite de Oliva
  • Aceite de Ajonjolí
  • Aceite de Aguacate
  • Mantequilla de cacahuate
  • Mantequillas de almendras

2. GRASAS POLI-INSATURADAS

Son grasas que están líquidas a temperatura ambiente y líquidas en el refrigerador, las encontramos principalmente en aceites vegetales, pescado y comida de mar. Consumidas en moderación, promueven niveles sanos de colesterol. Algunos ejemplos de grasas poli-insaturadas son:

  • Salmón                                                                      image
  • Trucha
  • Sardinas
  • Aceite de linaza
  • Semillas de girasol
  • Semillas de linaza

3. GRASAS SATURADAS

Son grasas sólidas a temperatura ambiente y principalmente de origen animal. Al ser grasas muy densas, deben ser consumidas en moderación porque, aunque son saludables, si las comemos en exceso, nos pueden causar problemas de salud, recuerden que demasiado de algo bueno se convierte en malo. Sin embargo, yo creo firmemente que las debemos seguir consumiendo  y quitarnos todos esos miedos que nos han infundido acerca de las grasas saturadas. La clave aquí, como siempre, es: moderación. Algunos ejemplos de grasas saturadas son:

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  • Carne de res
  • Carne de puerco
  • Carne de cordero
  • La piel del pollo
  • Huevo
  • Leche entera
  • Crema de leche
  • Mantequilla
  • Aceite de coco
  • Manteca de puerco

4. GRASAS HIDROGENADAS O PARCIALMENTE HIDROGENADAS

Estas grasas son líquidas en su estado natural pero a las que, por un proceso químico, se les agrega hidrógeno para incrementar su nivel de saturación y para extender su vida útil en los estantes de las tiendas. Este proceso de hidrogenación causa algunos cambios químicos en el aceite y uno de estos cambios es la creación de grasas trans. Por lo tanto, al ser estos aceites sintéticos y creados en un laboratorio, son absoluta y totalmente perjudiciales para nuestra salud. Cuando consumimos este tipo de grasas nuestro cuerpo no las reconoce, hay inflamación a nivel celular, y para pelear esta inflamación, el colesterol aumenta, es por eso la relación de que las grasas aumentan el colesterol, sí, ¡pero las grasas sintéticas creadas en un laboratorio! Las grasas de origen animal no tienen este efecto en nuestro cuerpo, porque el cuerpo las reconoce y sabe que hacer con ellas. Algunos ejemplos de grasas hidrogenadas son:

  • Margarina y mantecas vegetales en barra
  • Comidas procesadas (palomitas de maíz de micro-ondas, pizas, comidas congeladas listas para cocinar)
  • Productos horneados (repostería)
  • Donas
  • Galletas saladas
  • Productos de masa congelados (roles de canela, biscuits)
  • Betunes para pastel listos para untar
  • Dulces
  • Comidas en restaurantes de comida rápida
  • Papas a la francesa (restaurantes de comida rápida)
  • Algunas mantequillas de cacahuate
  • Nieve

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CONCLUSIÓN

Las grasas tienen un papel esencial en nuestra vida, sin ellas simplemente no podríamos sobrevivir. Tenemos pues que entender que no toda la grasa es mala y que no todas las grasas son creadas iguales, y que es muy importante consumirlas en todas sus formas, a excepción de las grasas hidrogenadas.

Por último, quiero hacer énfasis en que nuestro cuerpo es un todo en el que no sólo es importante cómo lo alimentamos pero igualmente importante son nuestras emociones y pensamientos. No va a servir de mucho si le damos comida excelente pero estamos con la cara agria todo el día, tirando mala onda por todo y a todos y con pensamientos negativos que sólo nos hacen sentir todavía más mal; no hay comida que contrarreste los efectos negativos que nuestras emociones y pensamientos fuera de balance causan a nuestro organismo, y lo mismo ocurre con cualquier combinación que hagamos de estos tres: cuerpo, mente y alma, cuando uno o más de ellos están fuera de balance, los tres lo van a estar. Nuestro cuerpo no son sólo nuestros órganos, células y sistemas, es lo que sentimos y pensamos y todo se manifiesta en el exterior.

¡A su salud!

REFERENCIAS:

http://www.fitday.com/fitness-articles/nutrition/fats/4-foods-that-contain-polyunsaturated-fat.html

http://extension.illinois.edu/diabetes2/subsection.cfm?SubSectionID=46

http://www.livestrong.com/article/85379-foods-rich-monounsaturated-fat/

http://daa.asn.au/for-the-public/smart-eating-for-you/nutrition-a-z/saturated-fats/

http://www.heart.org/HEARTORG/HealthyLiving/HealthyEating/Nutrition/Polyunsaturated-Fats_UCM_301461_Article.jsp#.V5wCZGWj_FI