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8 Guías para bien comer


 

Comer es un placer y más con alimentos que hacen bien a nuestro cuerpo. Sin embargo, la manera cómo comemos esos alimentos, puede afectar de forma adversa a nuestra digestión.

Aquí les presento mis 8 Guías para bien comer

 1.  Comer los alimentos lentamente, sin apresurarse

En estos días, en que todo son respuestas instantáneas y correr de un lado a otro, para llegar a tiempo a nuestro trabajo, escuela, etcétera, el comer de prisa es parte de este fenómeno y acabamos por creer que es lo normal.

El comer hasta que estemos llenos y hacerlo apresuradamente, triplica nuestro riesgo de estar con sobrepeso y no le damos tiempo a nuestro cerebro que mande la señal de saciedad a nuestro estómago para parar de comer. Toma aproximadamente 20 minutos desde que empezamos a comer para que el cerebro mande esta señal, y cuando nos damos cuenta de ello, ya hemos consumido una cantidad enorme de calorías. Comer despacio se traduce en que comeremos menos porque nos sentiremos llenos más rápido, ingerimos menos calorías, reducimos el estrés, y nuestra cintura notará la diferencia.

2.   Comer lo suficiente

Este punto va muy de la mano del anterior, ya que al comer despacio y permitir a nuestro cuerpo que absorba los alimentos adecuadamente, también estaremos comiendo lo suficiente, es decir, si te sirves un plato repleto de comida, no necesariamente lo tienes que terminar por completo, y comer despacio nos ayuda, ya que estaremos llenos más rápido y, por lo tanto, estaremos comiendo sólo lo que el cuerpo necesita.

3.  Evitar líquidos durante las comidas

Tomar agua ó cualquier otro líquido durante las comidas entorpece la digestión, la pone lenta, especialmente si es un líquido frío.

En Aryuveda, que es una ciencia antigua, se dice que se deben evitar los líquidos fríos, porque apagamos el fuego digestivo y nuestros cuerpos no digieren bien los alimentos que comemos (esto lo leí en un libro de Deepak Chopra), por eso se recomienda tomar líquidos 30 minutos antes o 30 minutos después de haber comido, y si de todos modos tienes que tomar algo, que sea una bebida a temperatura ambiente.

La ciencia hoy en día nos dice lo mismo sólo que con diferentes palabras: Tomar demasiada agua durante las comida interfiere con los niveles naturales de bilis y ácido en el estómago haciendo la digestión más lenta. Si las enzimas digestivas reducen su habilidad de digerir apropiadamente los alimentos, se puede producir un acumulamiento de desechos tóxicos en el cuerpo y, si esto pasa, pues no importa lo que comas si tu organismo no lo va a digerir apropiadamente.

4.  Comer solamente cuando se tenga hambre 

¿Te has fijado cómo los bebés lloran solamente cuando tienen hambre? No están sujetos a horarios. La naturaleza es sabia y esto se aplica totalmente a nosotros como adultos. Tener un horario para comer puede que sea una buena idea, pero lo cierto es que cada cuerpo es diferente y no se puede aplicar el mismo criterio para todos.

  • Sería bueno reconocer qué se siente tener hambre (ese nudito en el estómago) y no comer sólo porque estás aburrido
  • Recuerda que no tienes que comer a tu «hora de comida» si todavía no tienes hambre
  • Si te da hambre entre comidas, definitivamente come un «tentempié» saludable
  • No te mates de hambre entre comidas, lo único que va a pasar con esto es, que para la siguiente comida, te vas a comer todo lo que tengas enfrente
  • Deja de comer cuando estés satisfecho, no cuando estés lleno. Cuando ya terminaste de comer el estómago no se debe sentir vacío pero tampoco completamente lleno, si te sientes lleno es que ya comiste demasiado

5.  Masticar perfectamente los alimentos

El masticar bien nuestros alimentos:

  • nos ayuda a quebrar los trozos grandes  de comida en  partículas más pequeñas haciendo la digestión más fácil  y le facilita el trabajo a los intestinos para que absorba todos los nutrientes
  • hace que produzcamos más saliva la cual contiene enzimas digestivas, así que entre más tiempo masticas tu comida, mayor tiempo tienen estas enzimas para quebrar la comida, por ejemplo: la enzima lapisa lingüal ayuda a descomponer las grasas, y una vez mas, hace que la digestión sea más fácil para tu estómago y para tu intestino delgado. También la saliva hace que tus alimentos estén más húmedos y así se forme bien el bolo alimenticio y pase por el esófago sin atorarse
  • evita la sobre población de bacteria, porque cuando la comida no es bien masticada y los pedazos son muy grandes para ser propiamente digeridos, tenemos una digestión incompleta, así que no sólo los nutrientes en nuestra comida no son asimilados, sino que esta comida mal digerida se convierte en alimento para la bacteria en nuestro colón, lo que lleva a sobre población de bacteria y por lo tanto, a problemas digestivos y flatulencia, y pues, francamente, quién quiere eso.

6.  Los alimentos deben ser atractivos a la vista y agradables al paladar

¡Claro! «De la vista nace el amor». Si los alimentos no son presentados de manera agradable, ni siquiera los vamos a querer probar, ya ni hablar de si son agradables al paladar o no. Presentar los alimentos de una manera agradable a la vista, invita a quererlos saborear y, por supuesto, el sabor tiene que ir acorde a la presentación.

7.  Evitar comer cuando se haya tenido una pena, contrariedad ó aflicción

El cerebro tiene un efecto directo en el estómago, tanto así que el sólo pensar en que estamos comiendo puede liberar los jugos gástricos antes de que la comida llegue ahí. Si has comido cuando estás contrariado, recordarás la sensación de un nudo en el estómago y de la comida que cae como piedra, a mí me ha pasado. Comer cuando estamos en un estado de ánimo negativo puede provocar muchas reacciones y una de ellas es el comer compulsivamente, porque usamos la comida como un medio de ayudarnos a sentirnos cómodos, y esto, aparte de que nos va a llevar a comer de mas y como consecuencia a aumentar de peso, lo que vamos a lograr es tener una muy mala digestión.

8.  Evitar comer cuando haya fiebre

Seguramente ustedes, como yo, oímos alguna vez a nuestras madres o abuelas decirnos que no comiéramos si teníamos fiebre, especialmente evitar los lácteos.  La verdad es que hace mucho sentido, porque cuando tenemos fiebre ni siquiera tenemos apetito y esto puede ser debido a que el cuerpo esta usando toda su energía en sacar a los patógenos que están provocando la fiebre. La fiebre es una reacción natural del cuerpo que esta intentando vencer al virus o bacteria que causan el malestar. En todo caso lo importante, desde luego, es mantener el cuerpo hidratado ingiriendo muchos líquidos y, en cuanto a la comida, es bueno mantenerse fuerte pero todo depende de cada persona y de lo que su estómago aguante.

 

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¡Hasta la próxima!